Clarinetista peruano

Pululan por Internet varias imágenes donde se lee, de manera casi poética y energética, que los músicos somos muy sacrificados. Siempre sonrío cuando las leo ya que no puedo imaginar un profesional de cualquier otro campo que no haya sacrificado mucho de su tiempo y energía para convertirse en alguien que aporta a la sociedad y a su familia, además de asumir las exigencias mismas de su profesión. 

Que has dejado de divertirte por ensayos, que no has ido a fiestas por conciertos, que ya no ves a tus amigos por tus giras...bueno, ¿qué esperabas? Tu vida cambia cuando decides ser un serio estudiante y un profesional íntegro. Cuando decidas ser sobresaliente en tu pasión no podrás mantener tu ritmo de vida anterior, y no te compares con otras personas cuyos días transcurren llenos de cosas banales - al contrario, busca "una tribu" de personas que constantemente te motiven y agiten tu curiosidad humana e intelectual.

Tu tiempo lo debes priorizar y aprovechar, y ser consciente de todos los sacrificios que te demandará tu profesión. Esta conciencia de tener tu visión profesional - que viene con un costo de sacrificio - se respira en todas las carreras. Todas. Puesto de manera simple y justa, diría que hay gente dispuesta a sacrificarse y otras que no, sin importar su profesión (uno de los puntos por el cual algunos sobresalen y otros no, así de duro y transparente).

Como músico, los llamo a reflexionar y a no creernos más sacrificados que otras personas que también invierten mucho esfuerzo, dinero y sacrificio diario para ser mejores personas y profesionales.

Publicado el 12 de abril. Aquí la publicación original.