Clarinetista peruano

La iglesia que adorna la bella plaza central de Trujillo

Llegó el sábado, y en mi caso significa un día tranquilo, un día para disfrutar e improvisar un poco. Mis planes de "levantarme tarde" empezaron a las 8:20am...no puedo con mi energía y me levanto de golpe. Un mensaje de mi padre deseándome un buen día me dibuja una gran sonrisa. Cojo mi ropa de deporte...y a salir a correr. Hoy le di 4 vueltas al pequeño estadio, y mañana intentaré una más. Se siente muy bien empezar el día con ejercicios!

Regreso agitado, contento y contemplando la ciudad. Parece que los taxistas en Trujillo han copiado la estupidez de Lima de tocar el claxon para pasar la voz - porque voy a querer un taxi si estoy caminando? Si quiere tomar un taxi, me paro, estiro la mano y listo, señales más claras no puede haber para los taxistas. Pero parece ser que son una raza que no piensa y que simplemente repiten lo que "todos hacen" y, claxon aquí, allá, para cualquier persona que camina. Una contaminación sonora realmente desagradable.

Hoy decidí tomar un buen jugo como desayuno, pero no en el restaurante, sino en el mercado central de Trujillo. Me encanta ese lugar - los mercados tienen tanta energía! Además, este mercado es bueno para el ego masculino: cuando pasé por la sección donde venden jugos y desayunos, las damas encargadas de atraer clientes tienen un repertorio de palabras que uno no puede ser indiferente: "guapo ven siéntate aquí", "muñequito ven aquí", "hermoso ven te atendemos"...y claro, no pude evitar reírme. Escogí la juguería que tenía más asientos disponibles, no la que me coqueteaba más. Finalmente pude disfrutar de un buen jugo de piña, rodeado de colores, olores y personajes de todo tipo.

A las 12:30, la señora Laura, organizadora y quien me ha atendido de maravilla aquí en Trujillo, me invitó junto al director, Teófilo, para tomarnos un aperitivo en su casa antes de ir a almorzar todos juntos a un club cercano. Me alisté con calma, revisé mis correos electrónicos, un poco de trabajo en Clariperu y con mucha paciencia me fui a mi reunión. Fui el primero en llegar. Luego apareció Teófilo y ahí mismo la hija de Laura y una pareja más de invitados. Tomamos un rico jugo de toronja con vodka que fue servido con un delicioso tamal de choclo. Luego de pasar por varios temas de conversación, nos fuimos al Club a comer. El lugar era hermoso y tranquilo, y para suerte mía, servían arroz con mariscos - adoro la comida marina. No paramos de hablar y de reírnos mucho - Jesús, uno de los invitados, contó un chiste que no había escuchado, y que ahora forma parte de mi repertorio. Una bonita tarde con nuevos amigos, buena comida y un lugar realmente encantado.

Ya de regreso a mi habitación, me encontré en Skype con Esther, una amiga de Bélgica que toca oboe. Luego de conversar un poco, me pidió algunos consejos para mejorar su staccato, ya que sentía que tenía problemas con ello. Fue bonito explicar y orientarle en todo el tema del staccato, y estoy seguro que le va a ir bien - ella es muy joven pero un gran músico y oboista. Luego de hablar con ella, descansé un rato...

Luego de mi siesta, vi un capítulo de Fawlty Towers (cuando encuentran en el hotel a un huésped muerto). De ahí sali a caminar, a perderme un rato por la ciudad. Admito que me gusta eso, caminar sin rumbo. Doblo a la derecha, ahora a la izquierda...por donde mi impulso me lleve. La ciudad está más activa de noche, pero es siempre más tranquila que Lima. Me siento muy cómodo aquí en Trujillo. Habré caminado una hora, y decidí buscar una película para verla en la noche. Lo mejor que encontré fue "Wall street" con Michael Douglas. A ver como me va con este DVD.

Y bueno, estoy a punto de ver la película...mañana domingo será otro día muy tranquilo, pero empiezo ya a prepararme para el lunes: empieza la semana del Festival Nacional de Vientos.