La perseverancia hace mucha diferencia en nuestras vidas. Hubo una vez una joven escritora que tuvo una súbita idea para un libro. Impulsiva y animada por la inspiración, empezó a trabajar para ver terminado su libro, sin saber siquiera si estaría dirigido a niños o adultos. Escribió, y escribió mucho, sin descuidar a su pequeña niña que debía criar sin la ayuda del padre, y con el reciente duelo de su madre.
Pero una vez finalizada su labor creativa, soñaba con ver su libro publicado. Ella creía en su obra y empezó una labor inevitable: buscar a una editorial que acepte su propuesta literaria. Dos editoriales la negaron. Dos más la rechazaron. Una quinta no la tomó en serio. Luego de siete editoriales que le cerraron las puertas, y a lo mejor con pocos ánimos, la escritora persistió. Tres más la negaron. Y cuando las fuerzas se iban, siguió insistiendo. Luego de la asombrosa cantidad de 12 editoriales que la rechazaron, J.K Rowling pudo publicar su primer libro de Harry Potter, un fenómeno que llegó a vender 6.9 millones de copias en menos de 24 horas sólo en Estados Unidos.
Historias como estas debemos conocerlas para que todos, en nuestros puntos más débiles y sin esperanzas, nos acordemos que la perseverancia da frutos, y a menudo grandes e insospechados.
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