Clarinetista peruano

Jueves 25 de marzo


Una noche tranquila, he dormido de maravilla. Hoy el sol brilla y con un buen ánimo he salido a correr. Habré corrido sólo 3 kilómetros pero son suficientes para hacerme sentir bien, para activar un poco de energía extra a mi día. A pesar de que el sol alumbra, hace un aire bastante frío, pero bueno, cuando uno hace ejercicios el cuerpo se mantiene a una temperatura elevada que nos hace olvidar de cualquier brisa helada.

Luego de revisar mis correos, he realizado hacer un poco de trabajo en Internet, - mi página de Clariperu la tengo algo descuidada, por falta de tiempo! Salí a comer con Peter - Ward se ha ido a escuchar un recital de piano. Comimos en un simpático lugar en donde una amable mecera nos hizo sentir en casa. Probamos una cerveza local (muy buena) y conversamos sobre temas personales, sobre nuestras ambiciones y vida sentimental...

Hoy es el gran concierto, y los nervios están en el aire. Ensayamos en la tarde y todo está listo. El problema que tenemos Peter y yo es la afinación: el piano está a finado en 440 y nosotros tocamos en 442, asi que, en mi caso, tengo que usar el barril más grande y aún así, bajar un poco la campana de mi clarinete para poder tocar afinado.

El concierto arrancó a la hora. Empezamos con la gran obra de Rafael Junchaya "Tres danzas episkénicas" y la tocamos con una gran energía. Una tras otras las obras iban fluyendo, y el concierto lo cerramos con la obra "Clarmaggeddon" que Peter compuso para mí en el 2003 para mi graduación en Bélgica. Sin asombro, la obra es recibida con grandes aplausos - siempre sucede lo mismo, no importa si la tocamos en Europa, Norte América, Asia o Sudamérica. Fue un gran concierto y me sentí feliz de estar nuevamente en el escenario con mis grandes amigos.

Los organizadores ofrecieron una pequeña recepción en la misma Universidad, y luego del concierto nos reunimos ahí con los compositores para intercambiar opiniones y reírnos un poco. Algunos invitados habían traído ya partituras para Thelema, para que las consideremos en el futuro. La comida estuvo variada, pero para mala suerte de Peter, no había cerveza (recuerden que viene de un país donde la cerveza es una gran tradición. Bélgica tiene poco más de 400 variedades de cerveza).

Por ese motivo, y para engreír a Thelema, algunos compositores locales y visitantes decidieron llevarnos a un bar local para probar algunas cervezas, y bueno, pasar una amena noche. Justo a esa hora, el equipo de basketball de Kansas jugaba un partido importante, y el bar estaba lleno de fanáticos que gritaban cada vez que lograban un punto. Al final, todos terminamos gritando y Kansas ganó el encuentro. Fue una noche llena de temas variados, risas, cerveza... y gritos.

Estoy realmente feliz pero agotado...seguro que duermo hasta las 9:00am...gran día!